Un compañero me contaba una historia el otro día.
Algo que le había pasado el viernes anterior.
Decía, que se encontraba tan cansado por la tarde, que le llamaron para una gestión, ¡¡y no era capaz de recordar su propio número de teléfono!!
Me acordé de mi mismo ese viernes.
Estaba agotado. Destrozado mentalmente.
Y me paré a reflexionar.
Vamos como “pollos sin cabeza” permanentemente.
Corriendo de un lado para otro “como locos”.
Eso nos agota. Nos absorbe la energía.
Y aún así no paramos.
Así que hoy te digo: ¡PARA! ¡AHORA MISMO!
Deja de leer, y respira durante 2 minutos.
RESPIRA
RESPIRA
RESPIRA
RESPIRA
…
…
…
Convierte este momento de relajación en un hábito con ayuda de este regalo
